PRAGUE

Pasar unos días a bordo del catamarán Ashana recorriendo las islas del archipiélago de San Blas ha sido, sin duda, una de las experiencias más memorables y auténticas de mi vida.

En dos oportunidades he hecho este viaje y en ambas, desde el primer momento, el servicio fue impecable: la tripulación del Ashana no solo se encargó de cada detalle con profesionalismo y calidez, sino que también compartió con nosotros historias, conocimientos locales y un profundo respeto por la cultura y el entorno. La comida a bordo fue deliciosa y variada, con productos frescos y sabores locales que complementaban perfectamente el entorno tropical.

El catamarán Ashana, cómodo y bien equipado, nos permitió desplazarnos entre varias islas de una belleza indescriptible: playas de arena blanca, aguas cristalinas de todos los tonos de azul y una tranquilidad absoluta, libre del turismo masivo. Cada parada fue una postal viva, pero lo que realmente hizo especial este viaje fue el contacto con las comunidades Kuna.

Tuvimos la oportunidad de conocer de cerca su forma de vida, sus tradiciones, su relación con el mar y la tierra. Esta inmersión cultural fue profundamente enriquecedora. No es solo un viaje de placer, es una experiencia transformadora, que deja huella y te hace reflexionar sobre otras maneras de habitar el mundo.

San Blas es un rincón del planeta que aún conserva su autenticidad, y hacerlo a bordo del Ashana, con su ambiente íntimo y su ruta cuidadosamente pensada, es quizás la mejor manera de explorarlo.
Recomiendo esta experiencia a quienes buscan algo más que unas vacaciones: una conexión real con la naturaleza, la cultura y con uno mismo.

Michela Robba Perazzo Chile

TESTIMONIOS

Pasar unos días a bordo del catamarán Ashana recorriendo las islas del archipiélago de San Blas ha sido, sin duda, una de las experiencias más memorables y auténticas de mi vida.

En dos oportunidades he hecho este viaje y en ambas, desde el primer momento, el servicio fue impecable: la tripulación del Ashana no solo se encargó de cada detalle con profesionalismo y calidez, sino que también compartió con nosotros historias, conocimientos locales y un profundo respeto por la cultura y el entorno. La comida a bordo fue deliciosa y variada, con productos frescos y sabores locales que complementaban perfectamente el entorno tropical.

El catamarán Ashana, cómodo y bien equipado, nos permitió desplazarnos entre varias islas de una belleza indescriptible: playas de arena blanca, aguas cristalinas de todos los tonos de azul y una tranquilidad absoluta, libre del turismo masivo. Cada parada fue una postal viva, pero lo que realmente hizo especial este viaje fue el contacto con las comunidades Kuna.

Tuvimos la oportunidad de conocer de cerca su forma de vida, sus tradiciones, su relación con el mar y la tierra. Esta inmersión cultural fue profundamente enriquecedora. No es solo un viaje de placer, es una experiencia transformadora, que deja huella y te hace reflexionar sobre otras maneras de habitar el mundo.

San Blas es un rincón del planeta que aún conserva su autenticidad, y hacerlo a bordo del Ashana, con su ambiente íntimo y su ruta cuidadosamente pensada, es quizás la mejor manera de explorarlo.
Recomiendo esta experiencia a quienes buscan algo más que unas vacaciones: una conexión real con la naturaleza, la cultura y con uno mismo.

Michela Robba Perazzo Chile